por Nora Aslan
Esto sucedió:
Los espejos dejaron de alborotar reflejos en las paredes
Se desplomó la araña de cristal ahogando el estruendo en el flip-flop de los peces al deslizarse
Los caireles, desbarrancados, perdieron brillo
Todo se recombinó de manera impredecible
Pero ahora:
Las flores siguen regalando perfumes excesivos
Y unas luces tristes vinieron a iluminar la escena